Cita con los maestros

Historias de Amor

Quiero que puedas compartir
tu Historia de Amor, real o la que sueñas,

Sería bonito, tener tu historia,
y darla a conocer al mundo.

Envia tu relato al mail del blog
y me encargaré de publicarlos, aquí,
en esta seccion.

Envía tu relato via mail, aquí.

Alicia Valverde

domingo, 2 de marzo de 2014

Carta a mi ex

Qué tiempos aquellos. Recuerdo que te conocí un día de Reyes de madrugada pero no recuerdo de que año. Un día de reyes, como todos los de aquellos tiempos. 

No me preguntes que año era. Qué más da. Era la época de los ye-yes
y de la minifalda. Recuerdas???. Tu siempre estabas muy guapa con aquel vestido rojo color teja.

Hoy en día añoro cuando dos días a la semana y cuando caía la tarde íbamos de la mano a aquel Colegio de monjas de la gran ciudad donde cortejábamos juntos y yo, con cariño, te acariciaba y te acariciaba, pero yo, en aquellos
tiempos, era un inexperto. Yo no sabía hacerlo.

Recuerdas aquella monja joven de pocos años con aquel babero blanco y aquellos ojos claros y que nos sonreía cuando lo hacíamos mal??. Aun la tengo en el recuerdo. Que habrá sido de ella??? 

Era muy dulce. Era guapa. Tú y yo íbamos a verla, siempre, de la mano, hiciera frio o calor. Aquella monjita de sonrisa dulce y apacible nos enseñó a querernos y a que yo te entendiera. 

Como pasa el tiempo. A qué velocidad.

Siempre te daba mi mano derecha. Siempre. Íbamos en aquellos trenes que carraqueaban ( al tracatra del tren) una y otra vez. La carbonilla entraba por la ventanilla del tren y cuando llegábamos a casa te limpiaba con mimo y yo, después, a la ducha, muchas veces con agua fría. Tú sin rechistar. Siempre dispuesta a ayudarme en aquellos años difíciles y jodidos. Siempre estabas ahí.

Recuerdas cuando subía la vecina del segundo, a altas horas de la madrugada, porque nuestras caricias eran
demasiado altas??? Lo recuerdas??? 

Recuerdas que aquella mujer que subía era guapa, vestía unos vaqueros
ajustados que le quedaban de cine y unas camisetas de algodón ajustadas???. Tenías y sentías celos. Tú y yo no decíamos nada y seguíamos acariciándonos. 

Por las mañanas, muy de mañana, me despedía de ti y te decía adiós quedando sola en casa velando mi ausencia.A la vuelta de la facultad te saludaba y te contaba mis aventuras de clase y solo descansabas cuando veía al Sporting
en blanco y negro. Lo recuerdas?? Y que cuando no ganaba el Sporting yo me cobijaba en tu regazo, ponía mis codos a tu lado y empezábamos de nuevo a sintonizara???? Lo recuerdas??

Los meses del segundo y tercer trimestre era cuando más salíamos y estábamos juntos juntos, cuando más nos veíamos. Siempre era así y cuando acababa el curso de vuelta otra vez al norte en los mismos trenes y pasando siempre por los mismos lugares. Nos conocíamos de memoria las paradas y rutas. Tu siempre de rojo teja y yo dormitando y soñando. A veces hacia frio y yo me tomaba un café en el vagon-cafeteria para recuperar. 
Venia el revisor. Me ticaba el billete y a ti nunca te decía nada. Pero tú siempre me dabas ánimo y eso que algunas veces no me salían bien las cosas. Pero tú siempre ahí estabas cuando yo te necesitaba.

Aún recuerdo el día de las oposiciones, el último examen, recuerdas cómo doble aquel papel que me escribiste en tinta negra reciente y en mayúsculas????. TU TRANQUILO.TE DESEO SUERTE. 
Ese papel de la esperanza lo doblé con mimo, lo metí en mi cajetilla de celtas y me fui al examen. Y todo pasó. Llegue a casa contento, tiré los libros encima
de la cama me tumbe boca arriba encima de ellos y me quede dormido a tu lado mientras tu me hacías compañía.
Siempre estabas ahí. Algún día te mandare aquella foto con mi barba y pelos largos, en la que tu estabas esbelta a mi lado.

Hoy en día, aun, estas a mi lado y no te abandono ni te abandonare nunca, nunca. Siempre, a mi lado, estarás colocada encima de mi mesa camilla con faldas de fiesta como si fuera aquel día de reyes.

Y han paso años y años, ya ha llovido, y te sigo queriendo. Te seguiré amando mi pequeña Olivetti LETTERA 32. TE QUIEROOOOOOOOOOOOO Besinos

Y aun sigue lloviendo                                                             



Autor de este precioso relato: 


Orujo y Café

@orujoapaloseco

Sin oposición no hay progreso (orujoapaloseco) Si lo que sabes no lo pones en conocimiento de los demás es como si no lo supieras (orujoapaloseco)
Perdido en el norte

miércoles, 22 de enero de 2014

La quería




La quería.
 Y sin embargo nunca la vieron sus ojos, ni sus dedos la acariciaron. La sentía cerquísima, y no había aspirado su aroma ni notado el calor de su cuerpo.

Imaginaba su sonrisa en aquel precioso rostro, y su mirada entre tímida y alegre, y la medida exacta de sus bonitas manos, y el hermoso surco de su columna en su espalda
 Casi conocía el mapa exacto de sus lunares, pero nunca viajó de uno a otro de ellos.Le parecía sentir el roce de su pelo en su cara, y la suavidad de la piel de su cuello al besarla.

Se sentía como un gato plácido observándola medio en sueños, controlando el deseo de abrazarla.

Jugaba con el placer de saber que podría hacer saltar chispas en su cuerpo, pero contenía ese`poder casi absoluto, sólo para que ella viera que la quería, y que así , sin tenerla, la seguía queriendo.





                                                         Autor: Angel

jueves, 26 de diciembre de 2013

El tiempo perdido



No puedo definir como tiempo perdido aquel pasado a tu lado, vivido pleno tanto en lo bueno como en lo poco malo.
 Los años me dan perspectiva desde la madurez, la que nos falló entonces para salvar lo nuestro. 

Éramos muy jóvenes aún para vivir el amor adulto y algo crecidos ya para desparramarlo entre flores. 
Nos tocó a desmano, a destiempo, y no pudimos más que amarnos desubicados. Yo lo definiría como un amor errado en el tiempo desde que nació, y por ello condenado.

Siempre dije, y lo sigo diciendo, que lo nuestro se perdió en los tempos. Fue como una melodía genial tocada con pasión pero en un tono equivocado, algo arriba o abajo; también nos faltó algo de maestría en la ejecución.

 La buena música estaba allí pero no supimos tocarla a la perfección, no estábamos preparados. Por eso somos algo inacabado que además nunca podrá ser acabado, no cerraremos el círculo y no nos miraremos otra vez a los ojos para perdernos o perdonarnos.

 No podríamos hacerlo porque ambos sabemos que el árbol de una rama que plantamos ya enraizó, creció, vivió estaciones y finalmente maduró en nuestro interior para quedarse para siempre con su rama rota, eternamente rota por no querer crecer en nosotros.

Recuerdo Patones y ese hotel que tanto amamos, perdido en el tiempo como su propio nombre. Lo amamos tanto que allí dejamos el papel de calco, nuestros cuentos en sepia y los folios en blanco esperando a ser llenados con tu aliento.
 Allí he vuelto a veces y los he buscado en todas partes, en otras mujeres y en sus rincones.

 Pero aún no los he encontrado. 

Te he rebuscado en otras camas, sentido en poemas y cartas, recordado en cajas grises que conservo, pero aún no te he vuelto a encontrar.


Cuando un amor muere vivo y no renace, condena para siempre a los amantes. Deseo que llegue ese día que te recupere en los ojos de otra mujer para poder olvidarte y que sólo quede tu poso añejo en mi. Y ya nos beberemos en otra vida, en otro sueño o quizá en otra eternidad.


Historia enviada por:



El Gato Bohemio

@gatobohemio72 

Aquí, poeta a tientas y derivados, luego lector, cinéfilo, y melómano; más allá soy Miguel, CEO de MAAF CAPITAL LLC y BoBo entrepreneur.
A la vera del Mediterráneo · poemios.wordpress.com

  

lunes, 9 de diciembre de 2013

Dieciséis




Segunda estantería, tercer libro a partir de la izquierda.

 Poesía. Hojas de Hierba de Walt Whitman.

Adoro ese libro. Me gusta sentir el tacto de sus hojas bajo mis dedos, gastadas por el tiempo y las horas de lectura.

Noches de insomnio. Albas de reflexión. Primaveras de ilusión. Veranos de pereza. Otoños de resignación. Inviernos de alma fría.

Estoy segura de que si cierro los ojos puedo acariciar los versos con mis dedos y recitarlos de memoria.
Los leo, releo, saboreo, disfruto, uno a uno. Walt Whitman es más mucho más que Oh Capitán, mi Capitán.
 Es la esperanza en la humanidad, la fe en las relaciones.
 Él es el amor, esperar amor, hacer el amor, sentir el amor, soñar el amor.
Paso cada hoja con cuidado, devoción, reverencia. Y al llegar a la página 50 allí está mi querida y vieja conocida.

Seca, perfecta, uniforme, delicada. Conserva el color del terciopelo de vestidos de noche solemne. Aquella noche su color era rojo, intenso, brillante. Su fragancia intensa.

Fue la primera vez que asistí a la Noche de San Juan sin mis padres. Debía estar de vuelta a medianoche, estaría acompañada por adultos responsables, no parecía un precio alto a cambio de unas horas de magia.

Pelo largo, cepillado hasta brillar. Vestido blanco con rayita azul claro. Zapatos bajos, bailarinas de charol. Colonia de limón. Sin maquillar, no tenía edad.

Y en ese momento mi abuela, que había salido al balcón, entró sosteniendo entre los dedos lo más valioso que tenía.
La primera rosa de su pequeño rosal. No era muy grande. Y era tan bonita, tan preciosa, olía tan bien.

Me pidió que me acercase y cogiendo un alfiler que había dejado sobre la mesa, prendió la rosa en la solapa de mi vestido y me llevó hasta el espejo de la entrada.

Nunca he sido bonita, ni atractiva. Pero aquella noche me sentí diferente. No era yo, era la rosa, estaba segura de ello.

Salí de casa con paso alegre, rápido, impaciente por disfrutar de la música y la noche.
Llegué al edificio en el que se celebraba la verbena, entré y la música me guió hasta un patio interior grande y antiguo.

Una fuente en el centro, flores, árboles, mis amigas, mis amigos, los adultos responsables, la orquesta y la Luna, llena, brillante, inmensa.
Durante tres horas bailé, reí, me bebí la noche a tragos largos. Disfruté como solo se disfruta cuando tienes 16 años.

Una hora antes de la medianoche los fuegos artificiales iluminaron el cielo. Cascadas de luz brillante, colores que subían alto y caían de nuevo.
Mientras todos contemplábamos absortos la magia del fuego en el cielo, él pronunció mi nombre. Me di la vuelta y allí estaba.
 La última voz que esperaba escuchar llamándome. Porque era popular, porque por él suspiraban todas, porque yo no era popular, ni bonita, ni nadie suspiraba por mí.
Tendió su mano, la cogí, me guió hasta un limonero. Y allí entre las sombras, me dijo en un susurro :
“Esta es una noche especial. Así que no me negarás un beso”. 

Y lentamente, sonriendo acercó su cara a la mía y me besó. Suave y dulce. Cálido y perfecto.

Cuando aquel beso, mi primer beso acabó, el mundo se había detenido, había desaparecido. Solo estábamos él y yo.

 Luego dijo “Te acompañaré a casa. No debes llegar tarde”. Ante mi sorpresa respondió “Mi hermana me ha dicho que debes estar de vuelta antes de medianoche”.

Cogidos de la mano, en silencio, sonriéndonos de vez en cuando, llegamos a la puerta de mi casa. Antes de despedirnos, me besó de nuevo. Esperó a que entrase en el portal y se despidió.

Dos días después mi madre me comentó que él y su familia se marchaban de la ciudad. Su padre había ascendido de categoría y la empresa le trasladaba.

Aquel fue un verano extraño. Nunca entendí porque me besó. Ni porque decidió despedirse de mi de aquella forma. No he vuelto a verle.

Pero de vez en cuando busco a mi viejo amigo Walt Whitman que guarda en la página 50 de su libro de poemas, el testigo de aquel beso.

La rosa. Ahora seca y elegante como una dama de otro tiempo. Eco de una noche de fuego y magia. La rosa. Mi rosa.








Historia enviada por : Blanca Rosa Fernández Moreno.

                                                     

Blanca R. Fernández

@BlancaRFernndez 

(8-8-65BCN)guionista,locutora,actriz d voz,profesora,La Pequeña Balboa(radiomania.es viernes&http ://elpratradio.cat domingos)
                                              Barcelona · truckpy.blogspot.com 



sábado, 7 de diciembre de 2013

Amor mio...

Historia real remitida por Maribel Sanz. 


He tenido una vida ni mejor ni peor que otros seres humanos...
amé, soñé, disfruté, gocé, sufrí...

Viví intensamente cada etapa de mi vida, en mi camino encontré rosas y espinas. Y una piedra, una gran roca, la cual, fue difícil de apartar, pero la retiré, con ayuda de mi familia y de él, mi gran amor,
con el que pasé los mejores años de mi vida.

Hasta que la fatalidad, el destino,la vida, me lo arrebató... en dos meses.
En dos meses, todo se derrumbó dentro de mi, mi vida cambió.

Se durmieron mis primaveras y ahora lo busco en la luz de la mañana, que tanto, me recuerda a él.

Hace cinco años que trato de superar su ausencia, intento escucharlo en el silencio, para llenar tanto vacío y cuando las lágrimas están a punto de brotar a borbotones, me llega el eco de su risa , me acaricia el alma, llena de paz mi corazón.

Entonces sonrió, respiro y doy gracias por tanto amor que juntos compartimos.
Me hago fuerte e intento, quiero , superar todo este dolor. Pero la pena va y viene, como las olas del mar.
Unos días siento calma, otras marejada y otros una fuerte marejada que desata mi tormenta.
Y entonces mi alma le habla, se que el me esucha:

"Mi amor, te fuiste, yo estaba contigo, solos, tu y yo."

Maribel. 

Texto que la autora de este blog, Alicia Valverde, quiere compartir con Maribel, agradeciéndole el esfuerzo de compartir sus dolorosa historia con los lectores de este blog : 

Te llevaste mi corazón, mi alma, todo el amor de una vida compartida.
Ya nada será igual.
No me acostumbro a esta fría soledad, que me recuerda a ese último día, tan frío, tan triste, tan desgarrador.

Te busco en todos los rincones y lugares donde tanto te amé. Te sueño y me abrazas, meces mi alma.
Me aferro a los recuerdos, y cada catorce de febrero, nuestra casa se llena de tulipanes, esos, que cada año, tú me regalabas.

Yo no tengo alas, para poder volar,
pero por ti, al cielo subiré,
para volver a ser yo en ti".

Gracias Maribel 
Alicia Valverde @AliciaValverder



Historia enviada por: Maribel Sanz Mediavilla.
Sigue a Maribel en Twitter: MSMEDIAVILLA

martes, 3 de diciembre de 2013

Tú vida , mi vida


 Ahí estaba ella, como otro sábado más con sus amigas a bailar.

 Le gustaba mucho ,bailar era su ilusión,  un motivo por el que arreglarse y pintarse el ojo, maquillarse, ponerse y sentirse guapa, cargar las pilas ,como decía ella para volver a empezar los lunes.

 Pero ese sábado no sería igual. Le presentaron a alguien que  la miraba distinto a como la miraban los demás, aunque tampoco le prestó mucha atención, y siguió a lo suyo.

 Ella sintió la fuerza de su mirada toda la noche y supo que podría perderse en ella, que estaría a salvo, segura , protegida, querida y amada.

Así fueron pasando las semanas y luego los meses el  ya formaba  parte de la pandilla y se veían más a menudo, tanto que ya no podía imaginar un día sin él, sin su risa, sus palabras , sus detalles que llenaban su alma y su corazón de una ilusión, que creía perdida.

Ella no se daba cuenta de lo que estaba pasando o no quería verlo , lo que sí sabía es que deseaba encontrarse cada día con esa mirada. Las mariposas de su alma bailaban felices.

El,  se ganó su cariño y confianza, quería conocerla más, ella no quería cambiar su vida, estaba bien así, con sus hijos mayores, entraba y salía cuando quería.

 Pero la vida muchas veces nos sorprende y nos regala hermosas oportunidades y lo que en realmente sucede, es porque está  escrito, y nada se puede hacer por evitarlo.

 Se dio cuenta q también sentía algo especial por él, no supo ni cuándo ni en qué  momento quizá lo supo desde el  primer momento, lo importante es que se dio cuenta y la vida le regaló una  oportunidad de volver a empezar .

 Y aceptó el regalo.

Ahora se quieren con locura ,como unos niños de 16 años y con la ternura  de dos vidas que quieren ser una.


Autora: Rosa.
Érase una vez en un pequeño pueblo de campesinos con praderas color miel, nació una niña cuando mas nevaba...de esto hace ya unos años sigue feliz y contenta

En mi burbuja.

Sigue a Rosa en Twitter:AlmadeRosa

lunes, 2 de diciembre de 2013

Un amor sin nombre




Estaba absorta en sus pensamientos, la taza de café aún humeaba entre sus manos, y mientras, tras el cristal de la ventana una lluvia incesante no paraba de sonar.

Era otro de esos domingos, ninguno era ya igual desde aquel de hacia dos meses, desde entonces cada uno de sus pensamientos y recuerdos le llevaban a él, y no era molesto recordar, aunque en otra época no lejana eso le resultase así, el recordar lo que allí ocurrió.

Su cuerpo se sentía una vez más recorrido por aquellas ásperas manos, cada palmo de el se estremecía con tan sólo recordar, cada pliegue y cada surco que aquella noche habían sido cómplice de el cuerpo de aquel extraño.

En sus oídos, aún rebotaban cada uno de sus gemidos, cada susurro que aquel extraño había dejado como regalo a cada uno de sus orgasmos.
El aroma a café le impregno y le recordó a su olor, un olor que aún hacia más fuertes sus ganas de estrechar nuevamente sus cuerpos para volver a notar de nuevo su aroma, ese olor tan intenso, que ya nunca jamás podía confundir.

Y pensó en todo aquello que ella misma había rechazado durante años, eso que nadie había conseguido hacerle sentir y que aquella noche todo cambió en su destino. No fue sólo pasión, no fue ni siquiera ese encuentro fugaz de dos cuerpos que allí se amaban, estaba segura que había sido algo más.
Cada una de las miradas que se cruzaban durante aquellas horas, hablaban por los dos, diálogos que su corazón nunca antes había sido capaz de descifrar. Por primera vez pensaba en amor a primera vista, algo contra lo que su cerebro se había empeñado en luchar.

Se acerco la taza de café por segunda vez a la boca, tomo ese sorbo y su calor le recordó aquel calor que experimentó, cuando con.cada contacto de sus cuerpos se estremeció..

Esa mañana estaba especialmente nostálgica, todo hacia su papel para llegar a ese estado, por más que lo pensaba no le encontraba explicación, pero su alma, su cuerpo y su mente, se habían dejado conquistar por aquel momento, por aquel hombre, por aquel desconocido, que pasó a ser un recuerdo eterno en su corazón.

Ahora se daba cuenta que el amor es capaz de conquistar todo sin necesidad de tiempo, sólo un instante le es válido para doblegar  a todos aquellos con los que se cruza.

Su amor, ese con el cual sólo pudo compartir unas horas, era el más grande jamás sentido por ella, porque comprendió que el amor se siente, da igual el tiempo que sea o la persona que te lo muestra y es eterno, porque logra perdurar en los recuerdos más profundo de nuestro ser.

Y a pesar de saber que el tiempo transcurrido desde el encuentro, le llevara a pensar que ya jamás le volvería a encontrar, siempre guardaba una esperanza, esa que el amor cuando se encuentra, nos hace albergar.

Autor: 




Bohemio, realista, observador, curioso, viajero y algo loco. Escritor a tiempo parcial, no creo en el azar.


domingo, 1 de diciembre de 2013

Dos almas se encuentran




Erase una vez...
Dos almas que se encontraron casi por casualidad.
Uno de ellos estaba triste,el otro estaba vacío.Tenían algo en común,les faltaba amor y cariño.

Con el tiempo se dieron cuenta de que se estaban enamorando perdidamente,hablaban a diario y poco a poco se fue forjando una relación muy profunda,muy especial y muy sentida.
Y llegó el día,se dijeron aquella frase mágica,aquella que da fuerzas dónde ya no las hay,una frase que resucita las ganas de vivir y las ganas de querer y amar.

Cual fue aquella frase? Muy sencillo..."te quiero".

Ambos sentían lo mismo y ya no estaban solo y tampoco les faltaba ya el amor y el cariño. Recuperaron la sonrisa y la alegría de vivir
Siguen enamorados,siguen queriéndose y sobre todo,están más unidos que nunca.
Cada uno de ellos está en el corazón del otro y de ahí nunca se irán.Unidos para siempre






AUTOR@ : Anonim@

viernes, 29 de noviembre de 2013

MAMA


"Por que la historia de amor entre una madre y sus hijos es la mas bella y grande historia de amor, Gracias Izaskun, por tu capacidad de amar, por tu fuerza y valentía, por el coraje de una buena Madre". El protagonista de esta historia es un Angel en la tierra. Tu hijo. Mi reconociemiento y  admiración por todas las madres que tienen hijos con alguna discapacidad. Alicia.




Hace 16 años que fui MAMA el día mas feliz de mi vida ,ese día yo soñé y soñé pero en sueños se quedo , todavía sigo soñando porque no!! ,son sueños que te hacen mas fácil todo aunque sepas que nunca se harán realidad.
Yo soñaba con verlo crecer poco a poco ir viendo como pasaba del chupete al chupa-chus.De verlo correr detrás de un balón con sus compis de clase y haber ido a esos partidos donde los papas sufrimos mas que los chavales.Renegarle cuando llegaría a casa lleno de barro hasta las orejas y con agujero en los pantalones.Estar pendiente de las mates niñooooo que tienes examen cuando piensas estudiarrrr,sus primeras salidas de noche y estar en la cocina mordientote las uñas porque mamaaa es que se me paso la hora y como ninguno se ibaaa o incluso llevarse algún capón porque el botellón no se hace .Apoyarlo y aconsejarlo en esos primeros amoríos que tan de cabeza nos llevan a veces,espiar para ver si ves a la rubita que te dijo el vecino que le habían visto de la mano.Pensar en un futuro que a el le guste que el decida pero todo eso... SUEÑOS SON!!!
El es mi vida y yo la suya,Yo soy su aire y El es el mio.Yo pienso por El ,Yo decido por EL y Yo vivo por El.
Pensar en su futuro me aterra porque un día su mama no estará pero mientras llegue seguiremos soñando,riendo y viviendo .


izaskun

izaskun

@izan56 

la vida no consite en no caer nunca sino en saber levantarnos cuando caemos

jueves, 28 de noviembre de 2013

Valió la pena.




Durante 24 horas no tuvo noticias suyas. No se trataba de una ausencia anunciada. Al principio no se dio cuenta de que él no había acudido a su cita matinal porque estaba muy ocupada.

Pero durante un segundo a pesar de estar rodeada por sonidos cotidianos y conocidos, sonidos que formaban parte de la banda sonora de su vida, sintió el silencio en su interior.

Faltaba algo en su pequeño universo. Faltaba un elemento importante. Faltaba alguien. Faltaba él. La impresión que le produjo aquel pensamiento, aquella idea, de no estar sentada en su sillón de trabajo, la hubiese hecho caer.

De pronto en la pantalla de su ordenador apareció un símbolo familiar que le anunciaba que había recibido un email.

Sin perder un segundo lo abrió y lo leyó con avidez, con fruición, con alegría.

Él le contaba que no podría pasar por allí hasta el día siguiente. Le había surgido un imprevisto y debía atender el asunto sin tardanza. Y tras la firma al final del texto la ilustración de una rosa y una carita sonriente.

Deslizó el cursor del ordenador hacia la opción “responder”. Allí estaba la página virtual en blanco, para expresar frases y sentimientos nada virtuales. Al contrario. Sentimientos muy reales.

Intentó encontrar el punto exacto en el tiempo en que él empezó a formar parte de aquella forma de su vida.

No recordaba cual fue la primera broma, la primera sonrisa en silencio en medio de un caudal continuo de sonidos. No recordaba la primera vez que él la llamó de una forma íntima, personal, cariñosa.

No lo recordaba, pero se dio cuenta de que tampoco le importaba demasiado porque comprendió que lo que nunca olvidaría era ese instante ese preciso día en el que comprendió lo mucho que él le importaba.

La pantalla del ordenador continuaba mostrando la página en blanco, congelada en el tiempo esperando que escribiese la respuesta.

Respiró profundamente, se concentró y de pronto le vio. Vio su cara, su sonrisa. El gesto de concentración cuando algo le preocupaba. El brillo en los ojos que anticipaba una broma, un comentario divertido. La forma en la que la escuchaba cuando ella necesitaba pensar en voz alta y ordenar sus ideas.

Se concentró un poco más y le llegó el aroma de su colonia. Seco y un poquito picante.

Y por fin el conjunto tuvo sentido. Le quería. Era así de simple y así de complejo. Le quería. Como no imaginó que fuese posible querer. Formaba parte de su vida, de ella, de sus pensamientos, de sus sueños, de sus ilusiones. Había sucedido sin pensar, sin saber. Fue como el caudal que se abre paso gota a gota hasta que vence la resistencia de la arcilla y la empapa dejándola lista para ser moldeada.

Moldeada…un calor intenso la envolvió…imaginaba aquellas manos fuertes acariciándola…

Abrió los ojos. No podía, no quería ir más allá porque no estaba segura de lo que él sentía por ella. Nunca había sabido leer las señales. Nunca supo seducir. Así que tenía tanto miedo a equivocarse. Tenía tanto miedo al rechazo. Temía perderle. Porque aunque él no la quisiera como ella le quería se conformaba con ser su amiga. Era patético y lo sabía. Pero estaba cansada de llevarse golpes. Así que optó por lo más sencillo. Fantasear, protegerse, no ir más allá.

A pesar de todo, a pesar del miedo, esta vez era distinto. Estaba dispuesta a ir más allá. Quería ir más allá. Deseaba ir más allá.

Aunque acabase herida, aunque esta vez tardase otra eternidad en recuperarse, daría el salto.

Respiró hondo, sintió el vértigo. La boca seca, el corazón desbocado. Pero lo hizo.

Escribió la respuesta y antes de firmar, antes de despedirse, añadió “te quiero” y la envió.

Durante unos segundos que le parecieron el preludio de la Eternidad no pudo apartar la vista de la pantalla. Pero no sucedió nada.

Suspiró de nuevo y cerró los ojos. Se sentía igual que tras participar en una larga carrera de obstáculos. Sin fuerza, vencida.

En ese momento vio en la pantalla que tenía un nuevo correo. No pensó que sería la respuesta que esperaba. Pero lo era. “Yo también te quiero. Gracias por dar este paso. Eres muy valiente. Te confieso que no sabía cómo hacerlo. Esta noche te llamaré y hablaremos. Tenemos mucho de qué hablar. Hasta luego.”

Estaba hecho. Había dado el paso. No tenía idea sobre lo que le esperaba en las próximas horas o días. Pero valía la pena intentarlo.

Blanca R. Fernández

Blanca R. Fernández

BlancaRFernndez

(8-8-65BCN)guionista,locutora,actriz d voz,profesora,La Pequeña Balboa(radiomania.es viernes&http ://elpratradio.cat domingos)
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