Le gustaba mucho ,bailar
era su ilusión, un motivo por el que
arreglarse y pintarse el ojo, maquillarse, ponerse y sentirse guapa, cargar las
pilas ,como decía ella para volver a empezar los lunes.
Pero ese sábado no
sería igual. Le presentaron a alguien que la miraba distinto a como la miraban los
demás, aunque tampoco le prestó mucha atención, y siguió a lo suyo.
Ella sintió la
fuerza de su mirada toda la noche y supo que podría perderse en ella, que
estaría a salvo, segura , protegida, querida y amada.
Así fueron pasando las semanas y luego los meses el ya formaba
parte de la pandilla y se veían más a menudo, tanto que ya no podía imaginar un día sin él, sin su risa, sus palabras , sus detalles que llenaban su alma y su corazón de una ilusión, que creía perdida.
Ella no se daba cuenta de lo que estaba pasando o no quería
verlo , lo que sí sabía es que deseaba encontrarse cada día con esa mirada. Las
mariposas de su alma bailaban felices.
El, se ganó su cariño
y confianza, quería conocerla más, ella no quería cambiar su vida, estaba bien
así, con sus hijos mayores, entraba y salía cuando quería.
Pero la vida muchas
veces nos sorprende y nos regala hermosas oportunidades y lo que en realmente
sucede, es porque está escrito, y nada
se puede hacer por evitarlo.
Se dio cuenta q también
sentía algo especial por él, no supo ni cuándo ni en qué momento quizá lo supo desde el primer momento, lo importante es que se dio
cuenta y la vida le regaló una oportunidad
de volver a empezar .
Y aceptó el regalo.
Ahora se quieren con locura ,como unos niños de 16 años y
con la ternura de dos vidas que quieren
ser una.
Autora: Rosa.
Érase una vez en un pequeño pueblo de campesinos con
praderas color miel, nació una niña cuando mas nevaba...de esto hace ya unos
años sigue feliz y contenta
En mi burbuja.
Sigue a Rosa en Twitter:AlmadeRosa
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