Cita con los maestros

Historias de Amor

Quiero que puedas compartir
tu Historia de Amor, real o la que sueñas,

Sería bonito, tener tu historia,
y darla a conocer al mundo.

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y me encargaré de publicarlos, aquí,
en esta seccion.

Envía tu relato via mail, aquí.

Alicia Valverde

jueves, 26 de diciembre de 2013

El tiempo perdido



No puedo definir como tiempo perdido aquel pasado a tu lado, vivido pleno tanto en lo bueno como en lo poco malo.
 Los años me dan perspectiva desde la madurez, la que nos falló entonces para salvar lo nuestro. 

Éramos muy jóvenes aún para vivir el amor adulto y algo crecidos ya para desparramarlo entre flores. 
Nos tocó a desmano, a destiempo, y no pudimos más que amarnos desubicados. Yo lo definiría como un amor errado en el tiempo desde que nació, y por ello condenado.

Siempre dije, y lo sigo diciendo, que lo nuestro se perdió en los tempos. Fue como una melodía genial tocada con pasión pero en un tono equivocado, algo arriba o abajo; también nos faltó algo de maestría en la ejecución.

 La buena música estaba allí pero no supimos tocarla a la perfección, no estábamos preparados. Por eso somos algo inacabado que además nunca podrá ser acabado, no cerraremos el círculo y no nos miraremos otra vez a los ojos para perdernos o perdonarnos.

 No podríamos hacerlo porque ambos sabemos que el árbol de una rama que plantamos ya enraizó, creció, vivió estaciones y finalmente maduró en nuestro interior para quedarse para siempre con su rama rota, eternamente rota por no querer crecer en nosotros.

Recuerdo Patones y ese hotel que tanto amamos, perdido en el tiempo como su propio nombre. Lo amamos tanto que allí dejamos el papel de calco, nuestros cuentos en sepia y los folios en blanco esperando a ser llenados con tu aliento.
 Allí he vuelto a veces y los he buscado en todas partes, en otras mujeres y en sus rincones.

 Pero aún no los he encontrado. 

Te he rebuscado en otras camas, sentido en poemas y cartas, recordado en cajas grises que conservo, pero aún no te he vuelto a encontrar.


Cuando un amor muere vivo y no renace, condena para siempre a los amantes. Deseo que llegue ese día que te recupere en los ojos de otra mujer para poder olvidarte y que sólo quede tu poso añejo en mi. Y ya nos beberemos en otra vida, en otro sueño o quizá en otra eternidad.


Historia enviada por:



El Gato Bohemio

@gatobohemio72 

Aquí, poeta a tientas y derivados, luego lector, cinéfilo, y melómano; más allá soy Miguel, CEO de MAAF CAPITAL LLC y BoBo entrepreneur.
A la vera del Mediterráneo · poemios.wordpress.com

  

lunes, 9 de diciembre de 2013

Dieciséis




Segunda estantería, tercer libro a partir de la izquierda.

 Poesía. Hojas de Hierba de Walt Whitman.

Adoro ese libro. Me gusta sentir el tacto de sus hojas bajo mis dedos, gastadas por el tiempo y las horas de lectura.

Noches de insomnio. Albas de reflexión. Primaveras de ilusión. Veranos de pereza. Otoños de resignación. Inviernos de alma fría.

Estoy segura de que si cierro los ojos puedo acariciar los versos con mis dedos y recitarlos de memoria.
Los leo, releo, saboreo, disfruto, uno a uno. Walt Whitman es más mucho más que Oh Capitán, mi Capitán.
 Es la esperanza en la humanidad, la fe en las relaciones.
 Él es el amor, esperar amor, hacer el amor, sentir el amor, soñar el amor.
Paso cada hoja con cuidado, devoción, reverencia. Y al llegar a la página 50 allí está mi querida y vieja conocida.

Seca, perfecta, uniforme, delicada. Conserva el color del terciopelo de vestidos de noche solemne. Aquella noche su color era rojo, intenso, brillante. Su fragancia intensa.

Fue la primera vez que asistí a la Noche de San Juan sin mis padres. Debía estar de vuelta a medianoche, estaría acompañada por adultos responsables, no parecía un precio alto a cambio de unas horas de magia.

Pelo largo, cepillado hasta brillar. Vestido blanco con rayita azul claro. Zapatos bajos, bailarinas de charol. Colonia de limón. Sin maquillar, no tenía edad.

Y en ese momento mi abuela, que había salido al balcón, entró sosteniendo entre los dedos lo más valioso que tenía.
La primera rosa de su pequeño rosal. No era muy grande. Y era tan bonita, tan preciosa, olía tan bien.

Me pidió que me acercase y cogiendo un alfiler que había dejado sobre la mesa, prendió la rosa en la solapa de mi vestido y me llevó hasta el espejo de la entrada.

Nunca he sido bonita, ni atractiva. Pero aquella noche me sentí diferente. No era yo, era la rosa, estaba segura de ello.

Salí de casa con paso alegre, rápido, impaciente por disfrutar de la música y la noche.
Llegué al edificio en el que se celebraba la verbena, entré y la música me guió hasta un patio interior grande y antiguo.

Una fuente en el centro, flores, árboles, mis amigas, mis amigos, los adultos responsables, la orquesta y la Luna, llena, brillante, inmensa.
Durante tres horas bailé, reí, me bebí la noche a tragos largos. Disfruté como solo se disfruta cuando tienes 16 años.

Una hora antes de la medianoche los fuegos artificiales iluminaron el cielo. Cascadas de luz brillante, colores que subían alto y caían de nuevo.
Mientras todos contemplábamos absortos la magia del fuego en el cielo, él pronunció mi nombre. Me di la vuelta y allí estaba.
 La última voz que esperaba escuchar llamándome. Porque era popular, porque por él suspiraban todas, porque yo no era popular, ni bonita, ni nadie suspiraba por mí.
Tendió su mano, la cogí, me guió hasta un limonero. Y allí entre las sombras, me dijo en un susurro :
“Esta es una noche especial. Así que no me negarás un beso”. 

Y lentamente, sonriendo acercó su cara a la mía y me besó. Suave y dulce. Cálido y perfecto.

Cuando aquel beso, mi primer beso acabó, el mundo se había detenido, había desaparecido. Solo estábamos él y yo.

 Luego dijo “Te acompañaré a casa. No debes llegar tarde”. Ante mi sorpresa respondió “Mi hermana me ha dicho que debes estar de vuelta antes de medianoche”.

Cogidos de la mano, en silencio, sonriéndonos de vez en cuando, llegamos a la puerta de mi casa. Antes de despedirnos, me besó de nuevo. Esperó a que entrase en el portal y se despidió.

Dos días después mi madre me comentó que él y su familia se marchaban de la ciudad. Su padre había ascendido de categoría y la empresa le trasladaba.

Aquel fue un verano extraño. Nunca entendí porque me besó. Ni porque decidió despedirse de mi de aquella forma. No he vuelto a verle.

Pero de vez en cuando busco a mi viejo amigo Walt Whitman que guarda en la página 50 de su libro de poemas, el testigo de aquel beso.

La rosa. Ahora seca y elegante como una dama de otro tiempo. Eco de una noche de fuego y magia. La rosa. Mi rosa.








Historia enviada por : Blanca Rosa Fernández Moreno.

                                                     

Blanca R. Fernández

@BlancaRFernndez 

(8-8-65BCN)guionista,locutora,actriz d voz,profesora,La Pequeña Balboa(radiomania.es viernes&http ://elpratradio.cat domingos)
                                              Barcelona · truckpy.blogspot.com 



sábado, 7 de diciembre de 2013

Amor mio...

Historia real remitida por Maribel Sanz. 


He tenido una vida ni mejor ni peor que otros seres humanos...
amé, soñé, disfruté, gocé, sufrí...

Viví intensamente cada etapa de mi vida, en mi camino encontré rosas y espinas. Y una piedra, una gran roca, la cual, fue difícil de apartar, pero la retiré, con ayuda de mi familia y de él, mi gran amor,
con el que pasé los mejores años de mi vida.

Hasta que la fatalidad, el destino,la vida, me lo arrebató... en dos meses.
En dos meses, todo se derrumbó dentro de mi, mi vida cambió.

Se durmieron mis primaveras y ahora lo busco en la luz de la mañana, que tanto, me recuerda a él.

Hace cinco años que trato de superar su ausencia, intento escucharlo en el silencio, para llenar tanto vacío y cuando las lágrimas están a punto de brotar a borbotones, me llega el eco de su risa , me acaricia el alma, llena de paz mi corazón.

Entonces sonrió, respiro y doy gracias por tanto amor que juntos compartimos.
Me hago fuerte e intento, quiero , superar todo este dolor. Pero la pena va y viene, como las olas del mar.
Unos días siento calma, otras marejada y otros una fuerte marejada que desata mi tormenta.
Y entonces mi alma le habla, se que el me esucha:

"Mi amor, te fuiste, yo estaba contigo, solos, tu y yo."

Maribel. 

Texto que la autora de este blog, Alicia Valverde, quiere compartir con Maribel, agradeciéndole el esfuerzo de compartir sus dolorosa historia con los lectores de este blog : 

Te llevaste mi corazón, mi alma, todo el amor de una vida compartida.
Ya nada será igual.
No me acostumbro a esta fría soledad, que me recuerda a ese último día, tan frío, tan triste, tan desgarrador.

Te busco en todos los rincones y lugares donde tanto te amé. Te sueño y me abrazas, meces mi alma.
Me aferro a los recuerdos, y cada catorce de febrero, nuestra casa se llena de tulipanes, esos, que cada año, tú me regalabas.

Yo no tengo alas, para poder volar,
pero por ti, al cielo subiré,
para volver a ser yo en ti".

Gracias Maribel 
Alicia Valverde @AliciaValverder



Historia enviada por: Maribel Sanz Mediavilla.
Sigue a Maribel en Twitter: MSMEDIAVILLA

martes, 3 de diciembre de 2013

Tú vida , mi vida


 Ahí estaba ella, como otro sábado más con sus amigas a bailar.

 Le gustaba mucho ,bailar era su ilusión,  un motivo por el que arreglarse y pintarse el ojo, maquillarse, ponerse y sentirse guapa, cargar las pilas ,como decía ella para volver a empezar los lunes.

 Pero ese sábado no sería igual. Le presentaron a alguien que  la miraba distinto a como la miraban los demás, aunque tampoco le prestó mucha atención, y siguió a lo suyo.

 Ella sintió la fuerza de su mirada toda la noche y supo que podría perderse en ella, que estaría a salvo, segura , protegida, querida y amada.

Así fueron pasando las semanas y luego los meses el  ya formaba  parte de la pandilla y se veían más a menudo, tanto que ya no podía imaginar un día sin él, sin su risa, sus palabras , sus detalles que llenaban su alma y su corazón de una ilusión, que creía perdida.

Ella no se daba cuenta de lo que estaba pasando o no quería verlo , lo que sí sabía es que deseaba encontrarse cada día con esa mirada. Las mariposas de su alma bailaban felices.

El,  se ganó su cariño y confianza, quería conocerla más, ella no quería cambiar su vida, estaba bien así, con sus hijos mayores, entraba y salía cuando quería.

 Pero la vida muchas veces nos sorprende y nos regala hermosas oportunidades y lo que en realmente sucede, es porque está  escrito, y nada se puede hacer por evitarlo.

 Se dio cuenta q también sentía algo especial por él, no supo ni cuándo ni en qué  momento quizá lo supo desde el  primer momento, lo importante es que se dio cuenta y la vida le regaló una  oportunidad de volver a empezar .

 Y aceptó el regalo.

Ahora se quieren con locura ,como unos niños de 16 años y con la ternura  de dos vidas que quieren ser una.


Autora: Rosa.
Érase una vez en un pequeño pueblo de campesinos con praderas color miel, nació una niña cuando mas nevaba...de esto hace ya unos años sigue feliz y contenta

En mi burbuja.

Sigue a Rosa en Twitter:AlmadeRosa

lunes, 2 de diciembre de 2013

Un amor sin nombre




Estaba absorta en sus pensamientos, la taza de café aún humeaba entre sus manos, y mientras, tras el cristal de la ventana una lluvia incesante no paraba de sonar.

Era otro de esos domingos, ninguno era ya igual desde aquel de hacia dos meses, desde entonces cada uno de sus pensamientos y recuerdos le llevaban a él, y no era molesto recordar, aunque en otra época no lejana eso le resultase así, el recordar lo que allí ocurrió.

Su cuerpo se sentía una vez más recorrido por aquellas ásperas manos, cada palmo de el se estremecía con tan sólo recordar, cada pliegue y cada surco que aquella noche habían sido cómplice de el cuerpo de aquel extraño.

En sus oídos, aún rebotaban cada uno de sus gemidos, cada susurro que aquel extraño había dejado como regalo a cada uno de sus orgasmos.
El aroma a café le impregno y le recordó a su olor, un olor que aún hacia más fuertes sus ganas de estrechar nuevamente sus cuerpos para volver a notar de nuevo su aroma, ese olor tan intenso, que ya nunca jamás podía confundir.

Y pensó en todo aquello que ella misma había rechazado durante años, eso que nadie había conseguido hacerle sentir y que aquella noche todo cambió en su destino. No fue sólo pasión, no fue ni siquiera ese encuentro fugaz de dos cuerpos que allí se amaban, estaba segura que había sido algo más.
Cada una de las miradas que se cruzaban durante aquellas horas, hablaban por los dos, diálogos que su corazón nunca antes había sido capaz de descifrar. Por primera vez pensaba en amor a primera vista, algo contra lo que su cerebro se había empeñado en luchar.

Se acerco la taza de café por segunda vez a la boca, tomo ese sorbo y su calor le recordó aquel calor que experimentó, cuando con.cada contacto de sus cuerpos se estremeció..

Esa mañana estaba especialmente nostálgica, todo hacia su papel para llegar a ese estado, por más que lo pensaba no le encontraba explicación, pero su alma, su cuerpo y su mente, se habían dejado conquistar por aquel momento, por aquel hombre, por aquel desconocido, que pasó a ser un recuerdo eterno en su corazón.

Ahora se daba cuenta que el amor es capaz de conquistar todo sin necesidad de tiempo, sólo un instante le es válido para doblegar  a todos aquellos con los que se cruza.

Su amor, ese con el cual sólo pudo compartir unas horas, era el más grande jamás sentido por ella, porque comprendió que el amor se siente, da igual el tiempo que sea o la persona que te lo muestra y es eterno, porque logra perdurar en los recuerdos más profundo de nuestro ser.

Y a pesar de saber que el tiempo transcurrido desde el encuentro, le llevara a pensar que ya jamás le volvería a encontrar, siempre guardaba una esperanza, esa que el amor cuando se encuentra, nos hace albergar.

Autor: 




Bohemio, realista, observador, curioso, viajero y algo loco. Escritor a tiempo parcial, no creo en el azar.


domingo, 1 de diciembre de 2013

Dos almas se encuentran




Erase una vez...
Dos almas que se encontraron casi por casualidad.
Uno de ellos estaba triste,el otro estaba vacío.Tenían algo en común,les faltaba amor y cariño.

Con el tiempo se dieron cuenta de que se estaban enamorando perdidamente,hablaban a diario y poco a poco se fue forjando una relación muy profunda,muy especial y muy sentida.
Y llegó el día,se dijeron aquella frase mágica,aquella que da fuerzas dónde ya no las hay,una frase que resucita las ganas de vivir y las ganas de querer y amar.

Cual fue aquella frase? Muy sencillo..."te quiero".

Ambos sentían lo mismo y ya no estaban solo y tampoco les faltaba ya el amor y el cariño. Recuperaron la sonrisa y la alegría de vivir
Siguen enamorados,siguen queriéndose y sobre todo,están más unidos que nunca.
Cada uno de ellos está en el corazón del otro y de ahí nunca se irán.Unidos para siempre






AUTOR@ : Anonim@