Subimos hacia el cielo
por una escalera de colores,
más que amor era miedo
lo que inundaba nuestros
corazones.
Nos miramos mutuamente,
sin decir una palabra,
pero sé que en nuestras mentes
nuestros nombres se cruzaban.
Yo miraba y tú mirabas
a un cielo desconocido,
sin saber lo que pasaba
te encontraste a un amigo.
A un amigo enamorado,
bien es cierto y bien sea
escrito
que aunque un poco acobardado
te miraba de hito en hito,
como diciendo, ¡amiguito
por fin la has encontrado!
Jamás tanto amor entregué,
jamás tanto amor recibí,
pero bien cierto es que así
nuestro amor conservaré.
Sobre las alas de un beso
yo miraba tu hermosura
y por amarte, por eso,
te quería con locura.
Más la hermosura no importa
cuando se ama con cariño,
pues mi corazón se porta
como se porta el de
un niño.
¡Mi corazón te ama!