Cita con los maestros

Historias de Amor

Quiero que puedas compartir
tu Historia de Amor, real o la que sueñas,

Sería bonito, tener tu historia,
y darla a conocer al mundo.

Envia tu relato al mail del blog
y me encargaré de publicarlos, aquí,
en esta seccion.

Envía tu relato via mail, aquí.

Alicia Valverde

lunes, 30 de junio de 2014

El beso sin boca



Había una vez un beso, sin boca, sin labios, completamente perdido, apareció una mañana fresca en un parque de la ciudad y el viento que reinaba por esos lares se apiado de él, de ese destello dejado a su paso y porque en cada vuelo renovaba la alegría del aire, de las hojas de los árboles y el brillo del sol, y mantenía en el aire porque también quería ver crecer a ese beso, sabía que este no era su lugar, su naturaleza era más humana .

 Le tenía cariño desde que llegó y el viento se había propuesto no dejar caer al suelo, sin embargo el tiempo se agotaba, el viento, literalmente tenía que echarse a volar, los tiempos de primavera estaban a punto de terminar.

Cierto día iban dos chicos caminando por el parque y el viento los divisó, una chica y un chico, muy jóvenes, no conocían al beso y menos los poderes del viento.


La jovencita de sombrero para el sol y el muchacho con gorra, iban en distinta dirección, pero el viento se las arregló, con cierto soplido casual, elevo por los aires una gorra, un sombrero y un beso, los chicos corrían sin perder de vista respectivamente cada uno su objeto volador, ella por su sombrero para el sol y el por su gorra.
 Estaban a punto de conocer al beso, quedarse con él, verlo crecer en sus bocas, y la suerte fue por tres. 

Los objetos cayeron en cabezas distintas y ambos sin darse cuenta estaban frente a frente, por poner las cabezas primero, se unieron las bocas y el beso se convirtió en sello, unión, pegamento, El viento se fue a dormir y ellos se quedaron despertando los corazones.


Autor : Poetas Nuevos , Chile.
En su twitter : @Poetas_Nuevos
En su web/blog "Poetas Nuevos" : www.poetasnuevos.com

domingo, 20 de abril de 2014

Tú y yo nuestro amor



Subimos hacia el cielo
por una escalera de colores,
más que amor era miedo
lo que inundaba nuestros corazones.

Nos miramos mutuamente,
sin decir una palabra,
pero sé que en nuestras mentes
nuestros nombres se cruzaban.

Yo miraba y tú mirabas
a un cielo desconocido,
sin saber lo que pasaba
te encontraste a un amigo.

A un amigo enamorado,
bien es cierto y bien sea escrito
que aunque un poco acobardado
te miraba de hito en hito,
como diciendo, ¡amiguito
por fin la has encontrado!

Jamás tanto amor entregué,
jamás tanto amor recibí,
pero bien cierto es que así
nuestro amor conservaré.

Sobre las alas de un beso
yo miraba tu hermosura
y por amarte, por eso,
te quería con locura.

Más la hermosura no importa
cuando se ama con cariño,
pues mi corazón se porta
como se porta el de un niño.
¡Mi corazón te ama!



Autor:

Luis Angel.

En twitter: @Luisan_Gel


domingo, 30 de marzo de 2014

El me amó


Sólo podía pensar en ella, pero su timidez siempre fue más poderosa que su deseo. Ansiaba llegar a la escuela para verla con sus trencitas de niña pícara y su mirada traviesa. El primer amor de aquel chaval se convirtió en el único que vivió.

 Pasaron los años y llegó el instituto. Las hormonas arrasaron con los miedos y por fin consiguió hablar con ella de algo que no fueran las trivialidades del colegio. Ella no le hizo mucho caso, pero tampoco rehuyó la amistad que aquel chico le ofreció.
Él intentó ir más allá, pero ella no sentía lo mismo por él y se lo dijo.

   Una mañana de lunes, se enteró de que ella tenía novio. Sintió mil puñaladas en el estómago y tanto dolor que deseó morir.

   El tiempo lo cura todo, dicen. Pero no es cierto. Buscó la felicidad en las drogas, pero no la encontró, claro.
 Se convirtió en un joven al que nadie quería acercarse. Un tipo peligroso, decían los que se acercaban a él.

   Ella siguió con su vida. Rompió con el primer novio, encontró a otro, pasaron unos años y llegó la noticia de que iba a casarse.

   No tardó él en enterarse, que ya había pasado de consumir drogas a traficar con ellas. El dinero le llovía y sería tan fácil conquistarla con lujos, pensó equivocadamente. Tenía que evitar la boda y comenzó a espiarlos para saber quien era el afortunado cabrón que iba a quitarle su chica. El plan era sencillo: contratar a un sicario para que asesinase al otro.

   Una mañana, antes de que se produjese el crimen, la encontró en un bar y ella se acercó a él para saludarlo y comentarle que iba a casarse. Balbuceó las frases de rigor: "me alegro mucho por ti" "que todo vaya bien"... Pero vio algo en la mirada de ella que le rompió los planes. Ella estaba enamorada. Ella era feliz. No podía matar al causante de aquella dicha.

Ella también vio que aquellas frases hechas eran falsas y sabía que él estaba enamorado de ella, pero  no podía ser. Ella nunca sintió nada más que amistad por él.

   Buscó al sicario y abortó el asesinato. El sicario no se lo tomó muy bien y le dijo que tenía que pagar por ello. Él le ofreció la cantidad acordada para no tener problemas con la condición de que no siguiera adelante. El sicario se volvió avaricioso y le pidió más dinero del acordado o llevaría adelante el plan previsto. A él no le quedó más remedio que matar al sicario y lo hizo.

   Llegó el día de la boda de ella. Él no estaba invitado pero acudió a la ceremonia para verla por última vez. La vio feliz y sonrió.

   Al cabo de unas semanas, alguien se acercó a él y le disparó por la espalda. Sin duda, era la venganza por haber matado al sicario. Cayó al suelo y con el último suspiro pronunció el nombre de ella.
Enseguida se supo la noticia y al poco se celebró el entierro. No acudieron muchos. Solo sus familiares y poco más.

A los pocos días ella fue a la tumba de él y depositó una rosa. No pudo reprimir una lágrima. Una señora se acercó y le puso la mano sobre el hombro al tiempo que le preguntaba que parentesco tenía con él.

Ninguno, contestó ella, pero él me amó.

Eres afortunada, dijo la señora.

Lo sé.   

Gracias a su Autor, Santi Malasombra
Síguelo en twitter @SantiMalasombra

domingo, 2 de marzo de 2014

Carta a mi ex

Qué tiempos aquellos. Recuerdo que te conocí un día de Reyes de madrugada pero no recuerdo de que año. Un día de reyes, como todos los de aquellos tiempos. 

No me preguntes que año era. Qué más da. Era la época de los ye-yes
y de la minifalda. Recuerdas???. Tu siempre estabas muy guapa con aquel vestido rojo color teja.

Hoy en día añoro cuando dos días a la semana y cuando caía la tarde íbamos de la mano a aquel Colegio de monjas de la gran ciudad donde cortejábamos juntos y yo, con cariño, te acariciaba y te acariciaba, pero yo, en aquellos
tiempos, era un inexperto. Yo no sabía hacerlo.

Recuerdas aquella monja joven de pocos años con aquel babero blanco y aquellos ojos claros y que nos sonreía cuando lo hacíamos mal??. Aun la tengo en el recuerdo. Que habrá sido de ella??? 

Era muy dulce. Era guapa. Tú y yo íbamos a verla, siempre, de la mano, hiciera frio o calor. Aquella monjita de sonrisa dulce y apacible nos enseñó a querernos y a que yo te entendiera. 

Como pasa el tiempo. A qué velocidad.

Siempre te daba mi mano derecha. Siempre. Íbamos en aquellos trenes que carraqueaban ( al tracatra del tren) una y otra vez. La carbonilla entraba por la ventanilla del tren y cuando llegábamos a casa te limpiaba con mimo y yo, después, a la ducha, muchas veces con agua fría. Tú sin rechistar. Siempre dispuesta a ayudarme en aquellos años difíciles y jodidos. Siempre estabas ahí.

Recuerdas cuando subía la vecina del segundo, a altas horas de la madrugada, porque nuestras caricias eran
demasiado altas??? Lo recuerdas??? 

Recuerdas que aquella mujer que subía era guapa, vestía unos vaqueros
ajustados que le quedaban de cine y unas camisetas de algodón ajustadas???. Tenías y sentías celos. Tú y yo no decíamos nada y seguíamos acariciándonos. 

Por las mañanas, muy de mañana, me despedía de ti y te decía adiós quedando sola en casa velando mi ausencia.A la vuelta de la facultad te saludaba y te contaba mis aventuras de clase y solo descansabas cuando veía al Sporting
en blanco y negro. Lo recuerdas?? Y que cuando no ganaba el Sporting yo me cobijaba en tu regazo, ponía mis codos a tu lado y empezábamos de nuevo a sintonizara???? Lo recuerdas??

Los meses del segundo y tercer trimestre era cuando más salíamos y estábamos juntos juntos, cuando más nos veíamos. Siempre era así y cuando acababa el curso de vuelta otra vez al norte en los mismos trenes y pasando siempre por los mismos lugares. Nos conocíamos de memoria las paradas y rutas. Tu siempre de rojo teja y yo dormitando y soñando. A veces hacia frio y yo me tomaba un café en el vagon-cafeteria para recuperar. 
Venia el revisor. Me ticaba el billete y a ti nunca te decía nada. Pero tú siempre me dabas ánimo y eso que algunas veces no me salían bien las cosas. Pero tú siempre ahí estabas cuando yo te necesitaba.

Aún recuerdo el día de las oposiciones, el último examen, recuerdas cómo doble aquel papel que me escribiste en tinta negra reciente y en mayúsculas????. TU TRANQUILO.TE DESEO SUERTE. 
Ese papel de la esperanza lo doblé con mimo, lo metí en mi cajetilla de celtas y me fui al examen. Y todo pasó. Llegue a casa contento, tiré los libros encima
de la cama me tumbe boca arriba encima de ellos y me quede dormido a tu lado mientras tu me hacías compañía.
Siempre estabas ahí. Algún día te mandare aquella foto con mi barba y pelos largos, en la que tu estabas esbelta a mi lado.

Hoy en día, aun, estas a mi lado y no te abandono ni te abandonare nunca, nunca. Siempre, a mi lado, estarás colocada encima de mi mesa camilla con faldas de fiesta como si fuera aquel día de reyes.

Y han paso años y años, ya ha llovido, y te sigo queriendo. Te seguiré amando mi pequeña Olivetti LETTERA 32. TE QUIEROOOOOOOOOOOOO Besinos

Y aun sigue lloviendo                                                             



Autor de este precioso relato: 


Orujo y Café

@orujoapaloseco

Sin oposición no hay progreso (orujoapaloseco) Si lo que sabes no lo pones en conocimiento de los demás es como si no lo supieras (orujoapaloseco)
Perdido en el norte

miércoles, 22 de enero de 2014

La quería




La quería.
 Y sin embargo nunca la vieron sus ojos, ni sus dedos la acariciaron. La sentía cerquísima, y no había aspirado su aroma ni notado el calor de su cuerpo.

Imaginaba su sonrisa en aquel precioso rostro, y su mirada entre tímida y alegre, y la medida exacta de sus bonitas manos, y el hermoso surco de su columna en su espalda
 Casi conocía el mapa exacto de sus lunares, pero nunca viajó de uno a otro de ellos.Le parecía sentir el roce de su pelo en su cara, y la suavidad de la piel de su cuello al besarla.

Se sentía como un gato plácido observándola medio en sueños, controlando el deseo de abrazarla.

Jugaba con el placer de saber que podría hacer saltar chispas en su cuerpo, pero contenía ese`poder casi absoluto, sólo para que ella viera que la quería, y que así , sin tenerla, la seguía queriendo.





                                                         Autor: Angel

jueves, 26 de diciembre de 2013

El tiempo perdido



No puedo definir como tiempo perdido aquel pasado a tu lado, vivido pleno tanto en lo bueno como en lo poco malo.
 Los años me dan perspectiva desde la madurez, la que nos falló entonces para salvar lo nuestro. 

Éramos muy jóvenes aún para vivir el amor adulto y algo crecidos ya para desparramarlo entre flores. 
Nos tocó a desmano, a destiempo, y no pudimos más que amarnos desubicados. Yo lo definiría como un amor errado en el tiempo desde que nació, y por ello condenado.

Siempre dije, y lo sigo diciendo, que lo nuestro se perdió en los tempos. Fue como una melodía genial tocada con pasión pero en un tono equivocado, algo arriba o abajo; también nos faltó algo de maestría en la ejecución.

 La buena música estaba allí pero no supimos tocarla a la perfección, no estábamos preparados. Por eso somos algo inacabado que además nunca podrá ser acabado, no cerraremos el círculo y no nos miraremos otra vez a los ojos para perdernos o perdonarnos.

 No podríamos hacerlo porque ambos sabemos que el árbol de una rama que plantamos ya enraizó, creció, vivió estaciones y finalmente maduró en nuestro interior para quedarse para siempre con su rama rota, eternamente rota por no querer crecer en nosotros.

Recuerdo Patones y ese hotel que tanto amamos, perdido en el tiempo como su propio nombre. Lo amamos tanto que allí dejamos el papel de calco, nuestros cuentos en sepia y los folios en blanco esperando a ser llenados con tu aliento.
 Allí he vuelto a veces y los he buscado en todas partes, en otras mujeres y en sus rincones.

 Pero aún no los he encontrado. 

Te he rebuscado en otras camas, sentido en poemas y cartas, recordado en cajas grises que conservo, pero aún no te he vuelto a encontrar.


Cuando un amor muere vivo y no renace, condena para siempre a los amantes. Deseo que llegue ese día que te recupere en los ojos de otra mujer para poder olvidarte y que sólo quede tu poso añejo en mi. Y ya nos beberemos en otra vida, en otro sueño o quizá en otra eternidad.


Historia enviada por:



El Gato Bohemio

@gatobohemio72 

Aquí, poeta a tientas y derivados, luego lector, cinéfilo, y melómano; más allá soy Miguel, CEO de MAAF CAPITAL LLC y BoBo entrepreneur.
A la vera del Mediterráneo · poemios.wordpress.com

  

lunes, 9 de diciembre de 2013

Dieciséis




Segunda estantería, tercer libro a partir de la izquierda.

 Poesía. Hojas de Hierba de Walt Whitman.

Adoro ese libro. Me gusta sentir el tacto de sus hojas bajo mis dedos, gastadas por el tiempo y las horas de lectura.

Noches de insomnio. Albas de reflexión. Primaveras de ilusión. Veranos de pereza. Otoños de resignación. Inviernos de alma fría.

Estoy segura de que si cierro los ojos puedo acariciar los versos con mis dedos y recitarlos de memoria.
Los leo, releo, saboreo, disfruto, uno a uno. Walt Whitman es más mucho más que Oh Capitán, mi Capitán.
 Es la esperanza en la humanidad, la fe en las relaciones.
 Él es el amor, esperar amor, hacer el amor, sentir el amor, soñar el amor.
Paso cada hoja con cuidado, devoción, reverencia. Y al llegar a la página 50 allí está mi querida y vieja conocida.

Seca, perfecta, uniforme, delicada. Conserva el color del terciopelo de vestidos de noche solemne. Aquella noche su color era rojo, intenso, brillante. Su fragancia intensa.

Fue la primera vez que asistí a la Noche de San Juan sin mis padres. Debía estar de vuelta a medianoche, estaría acompañada por adultos responsables, no parecía un precio alto a cambio de unas horas de magia.

Pelo largo, cepillado hasta brillar. Vestido blanco con rayita azul claro. Zapatos bajos, bailarinas de charol. Colonia de limón. Sin maquillar, no tenía edad.

Y en ese momento mi abuela, que había salido al balcón, entró sosteniendo entre los dedos lo más valioso que tenía.
La primera rosa de su pequeño rosal. No era muy grande. Y era tan bonita, tan preciosa, olía tan bien.

Me pidió que me acercase y cogiendo un alfiler que había dejado sobre la mesa, prendió la rosa en la solapa de mi vestido y me llevó hasta el espejo de la entrada.

Nunca he sido bonita, ni atractiva. Pero aquella noche me sentí diferente. No era yo, era la rosa, estaba segura de ello.

Salí de casa con paso alegre, rápido, impaciente por disfrutar de la música y la noche.
Llegué al edificio en el que se celebraba la verbena, entré y la música me guió hasta un patio interior grande y antiguo.

Una fuente en el centro, flores, árboles, mis amigas, mis amigos, los adultos responsables, la orquesta y la Luna, llena, brillante, inmensa.
Durante tres horas bailé, reí, me bebí la noche a tragos largos. Disfruté como solo se disfruta cuando tienes 16 años.

Una hora antes de la medianoche los fuegos artificiales iluminaron el cielo. Cascadas de luz brillante, colores que subían alto y caían de nuevo.
Mientras todos contemplábamos absortos la magia del fuego en el cielo, él pronunció mi nombre. Me di la vuelta y allí estaba.
 La última voz que esperaba escuchar llamándome. Porque era popular, porque por él suspiraban todas, porque yo no era popular, ni bonita, ni nadie suspiraba por mí.
Tendió su mano, la cogí, me guió hasta un limonero. Y allí entre las sombras, me dijo en un susurro :
“Esta es una noche especial. Así que no me negarás un beso”. 

Y lentamente, sonriendo acercó su cara a la mía y me besó. Suave y dulce. Cálido y perfecto.

Cuando aquel beso, mi primer beso acabó, el mundo se había detenido, había desaparecido. Solo estábamos él y yo.

 Luego dijo “Te acompañaré a casa. No debes llegar tarde”. Ante mi sorpresa respondió “Mi hermana me ha dicho que debes estar de vuelta antes de medianoche”.

Cogidos de la mano, en silencio, sonriéndonos de vez en cuando, llegamos a la puerta de mi casa. Antes de despedirnos, me besó de nuevo. Esperó a que entrase en el portal y se despidió.

Dos días después mi madre me comentó que él y su familia se marchaban de la ciudad. Su padre había ascendido de categoría y la empresa le trasladaba.

Aquel fue un verano extraño. Nunca entendí porque me besó. Ni porque decidió despedirse de mi de aquella forma. No he vuelto a verle.

Pero de vez en cuando busco a mi viejo amigo Walt Whitman que guarda en la página 50 de su libro de poemas, el testigo de aquel beso.

La rosa. Ahora seca y elegante como una dama de otro tiempo. Eco de una noche de fuego y magia. La rosa. Mi rosa.








Historia enviada por : Blanca Rosa Fernández Moreno.

                                                     

Blanca R. Fernández

@BlancaRFernndez 

(8-8-65BCN)guionista,locutora,actriz d voz,profesora,La Pequeña Balboa(radiomania.es viernes&http ://elpratradio.cat domingos)
                                              Barcelona · truckpy.blogspot.com 



sábado, 7 de diciembre de 2013

Amor mio...

Historia real remitida por Maribel Sanz. 


He tenido una vida ni mejor ni peor que otros seres humanos...
amé, soñé, disfruté, gocé, sufrí...

Viví intensamente cada etapa de mi vida, en mi camino encontré rosas y espinas. Y una piedra, una gran roca, la cual, fue difícil de apartar, pero la retiré, con ayuda de mi familia y de él, mi gran amor,
con el que pasé los mejores años de mi vida.

Hasta que la fatalidad, el destino,la vida, me lo arrebató... en dos meses.
En dos meses, todo se derrumbó dentro de mi, mi vida cambió.

Se durmieron mis primaveras y ahora lo busco en la luz de la mañana, que tanto, me recuerda a él.

Hace cinco años que trato de superar su ausencia, intento escucharlo en el silencio, para llenar tanto vacío y cuando las lágrimas están a punto de brotar a borbotones, me llega el eco de su risa , me acaricia el alma, llena de paz mi corazón.

Entonces sonrió, respiro y doy gracias por tanto amor que juntos compartimos.
Me hago fuerte e intento, quiero , superar todo este dolor. Pero la pena va y viene, como las olas del mar.
Unos días siento calma, otras marejada y otros una fuerte marejada que desata mi tormenta.
Y entonces mi alma le habla, se que el me esucha:

"Mi amor, te fuiste, yo estaba contigo, solos, tu y yo."

Maribel. 

Texto que la autora de este blog, Alicia Valverde, quiere compartir con Maribel, agradeciéndole el esfuerzo de compartir sus dolorosa historia con los lectores de este blog : 

Te llevaste mi corazón, mi alma, todo el amor de una vida compartida.
Ya nada será igual.
No me acostumbro a esta fría soledad, que me recuerda a ese último día, tan frío, tan triste, tan desgarrador.

Te busco en todos los rincones y lugares donde tanto te amé. Te sueño y me abrazas, meces mi alma.
Me aferro a los recuerdos, y cada catorce de febrero, nuestra casa se llena de tulipanes, esos, que cada año, tú me regalabas.

Yo no tengo alas, para poder volar,
pero por ti, al cielo subiré,
para volver a ser yo en ti".

Gracias Maribel 
Alicia Valverde @AliciaValverder



Historia enviada por: Maribel Sanz Mediavilla.
Sigue a Maribel en Twitter: MSMEDIAVILLA

martes, 3 de diciembre de 2013

Tú vida , mi vida


 Ahí estaba ella, como otro sábado más con sus amigas a bailar.

 Le gustaba mucho ,bailar era su ilusión,  un motivo por el que arreglarse y pintarse el ojo, maquillarse, ponerse y sentirse guapa, cargar las pilas ,como decía ella para volver a empezar los lunes.

 Pero ese sábado no sería igual. Le presentaron a alguien que  la miraba distinto a como la miraban los demás, aunque tampoco le prestó mucha atención, y siguió a lo suyo.

 Ella sintió la fuerza de su mirada toda la noche y supo que podría perderse en ella, que estaría a salvo, segura , protegida, querida y amada.

Así fueron pasando las semanas y luego los meses el  ya formaba  parte de la pandilla y se veían más a menudo, tanto que ya no podía imaginar un día sin él, sin su risa, sus palabras , sus detalles que llenaban su alma y su corazón de una ilusión, que creía perdida.

Ella no se daba cuenta de lo que estaba pasando o no quería verlo , lo que sí sabía es que deseaba encontrarse cada día con esa mirada. Las mariposas de su alma bailaban felices.

El,  se ganó su cariño y confianza, quería conocerla más, ella no quería cambiar su vida, estaba bien así, con sus hijos mayores, entraba y salía cuando quería.

 Pero la vida muchas veces nos sorprende y nos regala hermosas oportunidades y lo que en realmente sucede, es porque está  escrito, y nada se puede hacer por evitarlo.

 Se dio cuenta q también sentía algo especial por él, no supo ni cuándo ni en qué  momento quizá lo supo desde el  primer momento, lo importante es que se dio cuenta y la vida le regaló una  oportunidad de volver a empezar .

 Y aceptó el regalo.

Ahora se quieren con locura ,como unos niños de 16 años y con la ternura  de dos vidas que quieren ser una.


Autora: Rosa.
Érase una vez en un pequeño pueblo de campesinos con praderas color miel, nació una niña cuando mas nevaba...de esto hace ya unos años sigue feliz y contenta

En mi burbuja.

Sigue a Rosa en Twitter:AlmadeRosa

lunes, 2 de diciembre de 2013

Un amor sin nombre




Estaba absorta en sus pensamientos, la taza de café aún humeaba entre sus manos, y mientras, tras el cristal de la ventana una lluvia incesante no paraba de sonar.

Era otro de esos domingos, ninguno era ya igual desde aquel de hacia dos meses, desde entonces cada uno de sus pensamientos y recuerdos le llevaban a él, y no era molesto recordar, aunque en otra época no lejana eso le resultase así, el recordar lo que allí ocurrió.

Su cuerpo se sentía una vez más recorrido por aquellas ásperas manos, cada palmo de el se estremecía con tan sólo recordar, cada pliegue y cada surco que aquella noche habían sido cómplice de el cuerpo de aquel extraño.

En sus oídos, aún rebotaban cada uno de sus gemidos, cada susurro que aquel extraño había dejado como regalo a cada uno de sus orgasmos.
El aroma a café le impregno y le recordó a su olor, un olor que aún hacia más fuertes sus ganas de estrechar nuevamente sus cuerpos para volver a notar de nuevo su aroma, ese olor tan intenso, que ya nunca jamás podía confundir.

Y pensó en todo aquello que ella misma había rechazado durante años, eso que nadie había conseguido hacerle sentir y que aquella noche todo cambió en su destino. No fue sólo pasión, no fue ni siquiera ese encuentro fugaz de dos cuerpos que allí se amaban, estaba segura que había sido algo más.
Cada una de las miradas que se cruzaban durante aquellas horas, hablaban por los dos, diálogos que su corazón nunca antes había sido capaz de descifrar. Por primera vez pensaba en amor a primera vista, algo contra lo que su cerebro se había empeñado en luchar.

Se acerco la taza de café por segunda vez a la boca, tomo ese sorbo y su calor le recordó aquel calor que experimentó, cuando con.cada contacto de sus cuerpos se estremeció..

Esa mañana estaba especialmente nostálgica, todo hacia su papel para llegar a ese estado, por más que lo pensaba no le encontraba explicación, pero su alma, su cuerpo y su mente, se habían dejado conquistar por aquel momento, por aquel hombre, por aquel desconocido, que pasó a ser un recuerdo eterno en su corazón.

Ahora se daba cuenta que el amor es capaz de conquistar todo sin necesidad de tiempo, sólo un instante le es válido para doblegar  a todos aquellos con los que se cruza.

Su amor, ese con el cual sólo pudo compartir unas horas, era el más grande jamás sentido por ella, porque comprendió que el amor se siente, da igual el tiempo que sea o la persona que te lo muestra y es eterno, porque logra perdurar en los recuerdos más profundo de nuestro ser.

Y a pesar de saber que el tiempo transcurrido desde el encuentro, le llevara a pensar que ya jamás le volvería a encontrar, siempre guardaba una esperanza, esa que el amor cuando se encuentra, nos hace albergar.

Autor: 




Bohemio, realista, observador, curioso, viajero y algo loco. Escritor a tiempo parcial, no creo en el azar.